Showtime estrenará el documental en profundidad El verdadero Charlie Chaplin A finales de este mes, una exploración de la historia secreta de una de las figuras más influyentes e importantes de la historia del cine. La vida real de Chaplin estuvo plagada de controversias y escándalos. Es una figura que vale la pena celebrar por sus logros en la realización cinematográfica y la promoción del antifascismo sin enaltecerse debido a sus escandalosas relaciones en la vida real.
El primer largometraje de Chaplin como director fue un ejemplo temprano de su naturaleza sincera y mostró cómo una historia simple puede extenderse a la longitud narrativa. Chaplin ya había tenido éxito con su personaje de “Little Tramp” en cortometrajes y primeras series, pero El niño desarrolló sus locas acrobacias en un personaje real que emprende un viaje emocional. Cien años después, sigue siendo bastante conmovedor y entretenido.
Chaplin descubre a un bebé abandonado a través de una extraña serie de circunstancias; el bebé es dejado en un auto caro que es robado, dejando que el bebé viva entre gente pobre de clase trabajadora como el Vagabundo. La aventura comienza cinco años después, cuando el niño ha madurado y se ha convertido en un niño revoltoso (Jackie Coogan) a quien el Vagabundo debe proteger de los servicios gubernamentales que intentan separarlos.
El circo fue una de las producciones más ambiciosas de la carrera de Chaplin, ya que un incendio en el estudio y numerosos retrasos en la producción casi descarrilaron la producción. Capturar artistas de circo no fue una tarea fácil, ya que requirió tanto las limitaciones habituales de una actuación en vivo como el caos loco que introdujo el Vagabundo. El circo Fue un avance significativo para Chaplin como cineasta por sus méritos técnicos.
Sin embargo, también fue una película más madura emocionalmente que introdujo un poco de autoconciencia sobre los artistas escénicos que es sorprendentemente melancólica. El vagabundo es confundido con un verdadero ladrón y la policía lo persigue, y finalmente consigue un trabajo en un circo ruinoso. Aunque busca desesperadamente la aprobación del maestro de ceremonias, The Tramp solo es involuntariamente divertido.
Luces de la ciudad
Aunque las películas posteriores de Chaplin explorarían temas más maduros y desarrollarían historias más complejas, Luces de la ciudad es quizás su obra más bellamente construida. Llegó en un período crítico en el que la propia profesión de Chaplin estaba en entredicho; cuatro años antes, el éxito de 1927 El cantante de jazz significó que la era del cine mudo podría haber terminado. Luces de la ciudad fue un acto de desafío que obtuvo elogios que inspiró a generaciones de otros grandes cineastas, incluidos Orson Welles y Stanley Kubrick, Andrei Tarkovsky, y Damien Chazelle.
Chaplin demostró una vez más que incluso las premisas más simples podían extenderse a la longitud de los rasgos, ya que el caos del Vagabundo introducía más de unos pocos desvíos. En Luces de la ciudad está irremediablemente enamorado de una chica ciega (a la que adorna cómicamente con flores) y se ve envuelto en las indulgencias de un excéntrico multimillonario. Es la película más romántica de Chaplin; la escena final es una de las piezas definitorias de la pura magia cinematográfica.
Tiempos modernos fue un gran avance en muchos sentidos para Chaplin, ya que fue la última vez que interpretó al vagabundo y la primera de sus películas en incorporar diálogos de audio (aunque brevemente). También respondió a los acontecimientos actuales con una perspectiva crítica, ya que el Vagabundo se sintió abrumado en medio de las opresivas condiciones laborales de la industrialización. Todo lo que se necesita es una “torcedura en el sistema” para crear el caos, un papel que Chaplin estaba demasiado ansioso por proporcionar.
Tiempos modernos es una gran cápsula del tiempo para la Gran Depresión y, como obra cinematográfica, presenta el trabajo de acrobacias más táctil y ambicioso de toda la filmografía de Chaplin. Las instalaciones de trabajo mecánicas y rotativas se sincronizaron brillantemente con la magnífica partitura de Chaplin, y el caos que introdujo el Tramp se destacó aún más en medio del entorno automatizado. Aún así, la película está envuelta en una narrativa sincera cuando el vagabundo corteja a la niña huérfana Ellen (Paulette Goddard); Fue esta cualidad emocional la que distingue a Chaplin de otras estrellas del cine mudo como Harold Lloyd y Buster Keaton.
El gran dictador
El gran dictador es quizás la obra maestra más distintiva de Chaplin, ya que es difícil exagerar lo valiente que fue desarrollar una versión parodia de Adolf Hitler antes de que Estados Unidos hubiera entrado en la Segunda Guerra Mundial. Mientras que películas como La tormenta mortal y Casablanca fueron lanzados casi al mismo tiempo e incorporaron directamente la amenaza nazi, la combinación única de comedia de Chaplin fue igualmente impactante. La imagen más simple de Chaplin jugando con un globo terráqueo transmitía el peligro de dejar demasiado poder en las manos de un gobernante.
Chaplin duales roles de manera experta. Dejó a un lado la personalidad de Tramp para un papel como un barbero judío sin nombre, que resulta ser idéntico a Adenoid Hynkel, el dictador fascista de la nación ficticia de Tomonia. El barbero, naturalmente, puede disfrazarse como el líder despiadado para escapar de la persecución, y si bien sus desventuras al manejar un esfuerzo de guerra cuentan con tantas bromas visuales como su trabajo anterior, llegaron como una sombría profecía de los eventos mundiales. El monólogo de cierre de Chaplin en particular fue a la vez una declaración política valiente y una prueba de que era tan impactante con una voz.
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