Tras la legendaria 'Godzilla' de 2014 llegaba el turno del otro grande del MonsterVerse, el rey gorila. 'Kong: La isla calavera', funcionó incluso mejor que la película del lagarto gracias al buen hacer de Jordan Vogt-Roberts y a un reparto muy marvelista para estar en casa de la competencia. Puedes verla hoy en Antena 3.
Al igual que pasó con la extraordinaria película de Gareth Edwards, quedó claro que mucha gente seguía esperando esquemas humanos simples para poner pegas a una película que no se titula precisamente "Gente en Skull Island" del mismo modo que la otra no se titulaba "Familia con problemas gordos".
Skull Island es un parque natural donde a lo mejor sobran seres con menos de dos extremidades inferiores (si no miden 25 metros), es cierto, pero además del no a la guerra es un gran ejemplo de una conciencia que deberíamos tener todos en esta vida. Es una peli sobre NO MOLESTAR hermosamente fotografiada por Larry Fong.
Rodada con brío y con Brie, Kong regala dos horas de grandes aventuras tropicales, mil homenajes (al loro con el de 'Holocausto Caníbal') y un montón de gente miserable haciendo el ridículo y recibiendo su merecido mientras lo único que dicta lo que vale y lo que no es la ley de la selva.
La película, escrita por Dan Gilroy, Max Borenstein y Derek Connolly sobre una historia de John Gatins, cuenta con una buena cantidad de razones de peso para dejarse llevar por la aventura, algo que ya queda claro en el prólogo, donde dos enemigos de la Segunda Guerra Mundial descubrirán lo que es ser el gran perdedor.
Con este gustoso y dicharachero inicio, que no se corta a la hora de presentar al verdadero protagonista de la función en el primer minuto de película, saltaremos a los años 70 en una secuencia de transición que Jordan Vogt-Roberts cierra con un estilazo inmejorable para comenzar la narración apoyado en un reparto sensacional. John Goodman y Richard Jenkins empiezan una función por la que desfilarán Tom Hiddleston, Brie Larson, Samuel L. Jackson, John C. Reilly o Shea Whigham, entre otros.
La presencia de un Kong venerado como un dios, que equilibra y vigila constantemente su hábitat mientras protege a algunos animales y a los humanos que viven en la isla es un enfoque atractivo e inteligente, y además logra distanciarse del de la película de 1933, donde el gorila era una criatura monstruosa y tiránica a la que se le ofrecían sacrificios humanos.
Así, los guionistas buscan sentar unas bases sólidas de un universo apasionante poblado por criaturas fantásticas, algo que la acerca algo más en ese aspecto a la brillante (y muy triste) visión de Peter Jackson.
Si la película de Gareth Edwards parecía mucho más enfocada en ofrecer una destrucción masiva sin desarrollar la profundidad de los personajes principales, aquí la intención es la de no eclipsar el lado humano. A eso contribuye el carisma de sus estrellas. Un reparto de altura disfrutando de este juguete "setentero", de su 'Apocalypse Now' para toda la familia.
'Kong: La isla calavera' es un gran espectáculo y eso se refleja tanto en su ritmo como en el cuidado y el respeto con el que se muestra y mide al gran gorila. La excelente música de Henry Jackman le da a la película todo su esplendor y fuerza, y cada aparición de Kong resulta impresionante.
Muy superior a la segunda aventura del gran lagarto, el debut "en solitario" de Kong es un placer para los sentidos y, junto a las películas de Edwards y el magnífico crossover de Adam Wingard, un planazo sensacional para una larga tarde de finales de invierno.
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